La práctica de yoga es una actividad antigua que implica posturas físicas, concentración y respiración profunda.
La palabra "yoga" significa esencialmente "aquello que te trae a la realidad". Literalmente, significa unión, concepto que se refiere a la realidad última, donde las manifestaciones individuales de la vida son burbujas superficiales en el proceso de creación. . Todos surgimos de la misma tierra.
El yoga es una práctica sistemática de ejercicio físico, control de la respiración, relajación, control de la dieta, pensamiento positivo y meditación dirigida a desarrollar la armonía en el cuerpo, mente y medio ambiente. La sesión de yoga implica actividad física de bajo impacto, posturas (llamadas asanas), técnicas de respiración (pranayama), relajación y meditación. La mayoría de las personas están familiarizadas con las posturas físicas o las posiciones de yoga, pero no saben que el yoga implica mucho más.
Una práctica regular de yoga puede promover la resistencia, fuerza, calma, flexibilidad y bienestar.
La práctica de yoga sigue siendo una de las actividades más instruidas, ya que con los niveles de estrés y exigencia en los que vivimos, es aconsejable realizar ejercicios de relajación.
La combinación entre las posturas y la concentración mental es ideal para alcanzar un óptimo estado de salud. La principal razón para ello es que aprenderás a respirar de forma correcta, mejorarás tu postura y lograrás alcanzar un estado de bienestar general. En este sentido, el sistema inmunológico se verá beneficiado al lograr controlar los niveles de estrés.
Existen distintas posiciones de yoga, (tal vez el saludo al sol es el que más has escuchado), con diferentes dificultades, y para todo tipo de personas. Muchas de ellas pueden ayudar a eliminar dolores de cabeza o de espalda.
Si eres principiante, no te preocupes, lo primero que tienes que saber es que debes llevar contigo ropa cómoda y un tapete para llevar a cabo los ejercicios (si necesitas un buen mat de yoga, en la tienda de Síclo contamos con algunos que te pueden encantar).
Ahora bien, es necesario que como buen principiante, conozcas las posturas de yoga básicas para empezar a instruirte en esta actividad, recuerda que por lo regular es recomendable tener un buen instructor para introducirte en este mundo, y rodearte de otros yoguis que podrían compartir su experiencia y tips para hacer las posturas. Estas son algunas de las más famosas:
Mantén la postura con el peso en las piernas y palmas. Después, contrae el perineo, glúteos y muslos. Eleva la mirada y la cabeza hacia arriba y abriendo el pecho, proyéctate al frente. Para volver a la posición inicial, haz el proceso inverso, bajando el cuerpo a medida que exhalas.
Gira las palmas hacia arriba y levanta ambos brazos hasta que estén en línea con las orejas y paralelos entre sí. Los codos deben estar rectos. Aprieta los cuádriceps y levanta el abdomen y el pecho.
Mientras exhalas, simultáneamente, gira el torso y la pierna derecha 90 grados hacia la derecha y el pie derecho unos 60 grados hacia la izquierda. Inhala y estira los antebrazos.
Exhala y dobla la rodilla derecha de manera que el muslo y la espinilla formen un ángulo recto. Estira el torso hacia el techo mientras llevas la cabeza hacia atrás, tan lejos como te resulte cómodo. Ojo con el cuello, no debes notar tensión.
Mientras exhalas, dobla la rodilla izquierda para que el muslo esté paralelo y la espinilla perpendicular al suelo. Gira la cabeza para mirar la punta de los dedos por encima del brazo derecho. Quédate en esta postura unos 20 segundos.
Puedes realizar la postura opuesta simplemente desdoblando la rodilla izquierda, colocando los pies en paralelo, luego girando el pie derecho 90 grados y el izquierdo 45, doblando la rodilla derecha y tu mirada debe dirigirse en la dirección opuesta.
Desde ahí, abre los brazos en cruz, activando la musculatura de los mismos, alargandolos: puedes imaginar que tenemos un hilo que va desde la mano derecha hasta la izquierda y del que tiran desde fuera hacia los dos lados. Te inclinas lateralmente hacia la derecha (la pierna con la que has dado el paso grande hacia el lado) manteniendo los brazos en cruz y bajando tanto como puedas: puedes apoyarte en la pierna o en el pie. La cabeza mira siempre hacia arriba.
Apoyar la cabeza en el suelo en el lugar donde se encuentran las manos y sujetar la parte de atrás de la cabeza con las manos, que siguen entrelazadas.
Levantar las rodillas del suelo, estirar las piernas como en un perro boca abajo y caminar lentamente hacia el frente, hasta alinear el tronco con la cabeza. Recuerda mantener los hombros lejos de la orejas para no colapsar las cervicales.
Si te sientes cómodo quédate con una pierna estirada y eleva la otra pierna ahora flexionada. Si tienes estabilidad prueba a separar los dos pies del suelo manteniendo las rodillas flexionadas primero con los talones cerca de glúteos, activa bien tu centro y eleva las rodillas hasta que queden alineadas con la cadera. Una vez que hayas logrado el equilibrio, puedes estirar las piernas. No tengas prisa en hacerlo, es importante controlar primero la postura con las piernas flexionadas antes de extenderlas.
Desde esa posición, presionamos el suelo con las palmas de las manos y elevamos nuestras piernas hasta que la cadera forme un ángulo de 90 grados. Una vez aquí, inspiramos profundamente e inclinamos las piernas rectas hacia el pecho; al soltar el aire comenzamos lentamente a levantar los glúteos y la espalda del suelo mientras nuestras manos siguen presionando.
Una vez hayamos levantado la espalda hasta la zona de los omóplatos, flexionamos los codos y nos ayudamos de nuestras manos para mantener la postura, colocándolas como apoyo en la zona lumbar. No dejamos caer el peso sobre ellas: el peso se mantiene sobre la cintura escapular (nunca sobre el cuello), y simplemente las manos actúan como ayuda.
Como Balasana es una postura de descanso, puedes hacerla todo el tiempo que quieras, pero se suele recomendar mantenerla entre cinco y diez respiraciones.
Al inhalar, levanta los pies hasta que las pantorrillas queden paralelas al suelo y separa también las manos del suelo. Al principio puedes aguantar tus piernas poniendo las manos debajo de las rodillas flexionadas. Cuando estés estable sobre las nalgas, abre el pecho, relaja los hombros, mira hacia el horizonte y separa las manos de las piernas. Por último, exhala y estira los brazos hacia delante para que queden paralelos al suelo. Mantén el pecho abierto sin curvar la espalda.
Si no llegas baja el brazo, apoya la mano en el suelo (la otra mano también a la misma altura) y relaja el pie. Apoya bien la mano libre en el suelo a la misma altura y en paralelo a la otra. Activa tu centro y sube las nalgas del suelo.
Vete probando 2 o 3 veces y con la misma dinámica. Intenta levantar también del suelo la pierna que tienes estirada activando bien tu centro y manteniendo tus brazos fuertes. A continuación, haz los mismos pasos y lleva la pierna estirada encima de la otra cruzando los tobillos.
En el siguiente paso, con los pies bien cruzados, estira las piernas lateralmente, dobla los codos, lleva el peso hacia delante y haz como un Chaturanga manteniendo la mirada hacia tus pies. Luego vuelve manteniendo tu centro fuerte y descansa.
A continuación, pasa el tobillo izquierdo por delante de la mano izquierda, levanta la rodilla y el talón del pie derecho hasta quedar sobre las puntas de los dedos del pie de atrás (derecho). Flexiona el codo izquierdo para hacer hueco y poder ir metiendo el brazo izquierdo hasta el hombro bajo la rodilla izquierda. Intenta que el dedo medio de la mano izquierda señale hacia delante para que la muñeca no se vaya hacia los lados. Levanta el pie izquierdo a la vez que estiras el codo izquierdo haciendo más hueco para poder llegar a meter el hombro izquierdo hasta que toque la parte posterior de la rodilla izquierda. Estabiliza las manos sintiendo toda la palma de las manos en el suelo. Flexiona los codos hacia atrás como en Chaturanga dandasana, apretando los costados y llevando el pecho hacia adelante con la pierna izquierda extendida y apoyando el muslo izquierdo sobre la parte superior del brazo derecho doblado. Respira y al inhalar levanta el pie derecho del suelo. Activa el core, mira hacia delante e intenta mantener la postura en equilibrio al menos 3 respiraciones profundas.
En este punto, enfoca tu mente en todas tus extremidades, inhala lenta y profundamente, asegura tus pies, empuja las manos contra el suelo y extiende los codos levantando el torso y las caderas hacia arriba. Tus piernas y tus brazos deben estar paralelos, evita que los pies se abran y abre el pecho. Respira profundamente, mantén la postura unos 5 segundos y baja al suelo de nuevo. Abraza tus rodillas y llévalas a tu pecho para relajar la zona lumbar.
Síclo quiere acercarte más a estar práctica, es por eso que además de la tienda virtual donde se puede adquirir el mat de yoga, puedes asistir a las clases presenciales en los estudios o bien, descargar la aplicación móvil para llevar a cabo las clases de yoga desde la comodidad de tu casa.